Eligiendo un profesor


A la hora de elegir un profesor hay varias cuestiones que debemos plantearnos. Es importante conocer tanto la experiencia técnica como la experiencia pedagógica del docente. Ser un buen músico no implica ser un buen maestro y viceversa.

Enseñar requiere el conocimiento de unas técnicas concretas adecuadas a la edad del discente (alumno). No es lo mismo enseñar a un niño de 8 años que a un adulto de 40 años. Conocer algunos factores psicológicos que se deben estimular en el alumno tales como la motivación, o procesos mentales básicos como la asociación de ideas y la construcción del conocimiento en base a estos procesos, son clave a la hora de lograr el éxito en el aprendizaje.

Éstas aptitudes que con frecuencia se obvian y cuyos resultados están demostrados por las Ciencias de la Educación desde hace décadas, suelen marcar la diferencia entre la Educación Musicalen unos países y en otros. Países pioneros en Psicología y Educación aplicadas a la enseñanza musical como Alemania, Argentina o USA muestran resultados con músicos con facultades excepcionales que en ningún caso son fruto del azar, sino de un sistema de enseñanza de calidad.

Es importante que seamos conscientes del nivel en que queremos profundizar. Si queremos aprender unas nociones básicas de música para poder tocar algunos acordes y cantar canciones, simplemente necesitamos a una persona con paciencia que haya pasado por ello y sea capaz de transmitirnos este conocimiento.

Si además de esto queremos ser capaces de realizar algunos riffs (motivos melódico-rítmicos que con frecuencia llevan una armonía implícita) de un estilo en concreto, es preciso que el profesor domine el estilo y las particularidades de éste, aparte de tener unos mínimos conocimientos en materia pedagógica para ayudarnos a relacionar el tipo de riff y/o ritmo, con la escala y armonía de la que proviene de forma que lo podamos integrar dentro de nuestra percepción musical global.

Y ya si queremos dar un paso más y enfocar nuestro estudio de la música de una manera más seria y profesional, nuestro profesor debe dominar no sólo la materia de la que se trata y disponer de una especialización del instrumento abarcando un gran número de estilos y corrientes musicales, sino contar con una formación pedagógica específica.